Autocuidado de los/as profesionales de la Salud. (Una responsabilidad compartida)
- 25 agosto 2020
- Publicado por: fcorchia
- Categoría: Intervención en crisis Mindfulness Psicología

Ciertamente estamos viviendo una situación sin precedentes, los grandes cambios que estamos viviendo durante esta pandemia, en temas sociales, políticos, económicos y sobre todo sanitarios, han generado una situación de incertidumbre y estrés para la gran mayoría de las personas. Pero, por ser esta principalmente una crisis sanitaria, los/as funcionarios de salud se ha visto más vulnerables que el resto de la población. Más allá del estrés propio de sus profesiones, digo esto pues, diversos estudios han constatado que son uno de los grupos más vulnerables de sufrir Burnout (una denominación del estrés crónico caracterizado por un aplanamiento emocional, desinterés afectivo y dificultad de enfoque cognitivo), están generando un contexto muy poco auspicioso y que podría traer graves consecuencias no solo para ellos/as sino para toda la población, dejando una parte significativa de los/as profesionales al borde del colpaso (y por lo tanto imposibilitados en muchos casos de seguir cumpliendo sus funciones)… Si este escenario llegara a cumplirse, ¿quién nos podrá ayudar?
La OMS declaraba ya por el 1946 que “La salud es un estado de completo bienestar físico, mental y social, y no solamente la ausencia de afecciones o enfermedades”. Siguiendo esta definición, ¿cómo podemos promover el bienestar biopsicosocial, en este caso en profesionales de la salud?.
El autocuidado, es sin duda un elemento esencial para ayudar a mantener y promover la salud en diferentes ámbitos. Pero un gran error es que muchas veces, se deposita toda la responsabilidad en la persona de hacerse cargo de su propia salud y bienestar. Hasta que no comprendamos que la promoción de la salud dentro de los contextos laborales no son solo un compromiso ético, si no uno de los principales focos estratégicos para asegurar la sostenibilidad de las organizaciones, seguiremos estando caudillos de los pobres indicadores de salud física y mental (que han ido en un aumento sostenido, incluso antes de esta crisis). ¿Pero, qué podemos hacer frente a este escenario tan poco auspicioso? Creemos que la respuesta a esta pregunta es, tomarse el cuidado de la salud de los profesionales como un asunto vital, literalmente “vital”. Esto implica un abordaje sistémico y multifocal, dicho en otros términos, es una responsabilidad de todos/as.
Por un lado, la propia responsabilidad de cada individuo de hacer acciones concretas para preservar y potenciar su salud (biopsicosocial). Para esto, probablemente el primer paso sea reconocer la vulnerabilidad y los límites personales. Cuando nos damos cuenta de que no somos invencibles, que necesitamos descanso y apoyo de otras personas, estamos en mejores condiciones para comprometernos con prácticas de autocuidado. Esto podría parecer de perogrullo, sin embargo muchas veces el tener una alta orientación al cuidado de otros, hace que exista un gran punto ciego en los/as profesionales, que es la responsabilidad de velar y cuidar por su propia salud. Un ejemplo de esto es en palabras de un profesional que participó de nuestras intervenciones en el Hospital Carlos Van Buren “Pasé 5 años aprendiendo a cuidar de otros y ni un solo momento de aprender a cuidar de mi mismo”, pudiese parecer una reflexión bastante personal, pero su reflexión refleja el espíritu de gran parte de los/as profesionales a los que acompañamos para desarrollar prácticas de autocuidado, una gran orientación hacia la tarea, con compromiso por el bienestar de sus pacientes, pero con un alto grado de desgaste de la propia salud del/la propio/a profesional, muchas veces sin toma de conciencia del desgaste hasta que la situación llega a niveles críticos.
Por otro lado, está el rol ético de la Institución de Salud en la que se desempeñan. Si no se fomentan los espacios y tiempos para el propio cuidado del personal, ¿de qué sirve que tomen conciencia de la importancia de tomar un rol activo en el cuidado y la promoción de su salud, si el contexto organizacional no colabora para apoyarles en esa labor? Estamos viviendo en contextos laborales cada vez más demandantes y con ritmos cada vez más veloces, en este caso, cuando las expectativas del/la profesional de cuidar su propia salud y promover su bienestar entran en conflicto con las exigencias del cumplimiento de su rol dentro de la organización, se genera frustración, desafección, bajo sentido de pertenencia e incluso en algunas ocasiones franco oposicionismo o actitudes desafiantes que no colaboran al logro de los objetivos de la organización.
Hoy más que nunca necesitamos lideres y organizaciones visionarias, que puedan adaptarse a los desafíos emergentes, que sepan reconocer las necesidades de las personas que la conforman y que valoren la salud de todos/as sus funcionarios/as como un aporte no solo ético (que ya por si mismo debiera ser suficiente) si no además que comprendan que el cuidado y la promoción de la salud de su gente es (y cada vez será más relevante) una de las decisiones estratégicas más importantes para abordar y poder sobrevivir en contextos como los que enfrentamos hoy y los que vendrán en el futuro.
Para cerrar esta reflexión, quisiéramos tomarnos de las palabras del filósofo Jiddu Krishnamurti que auguraba a principios del siglo XX “No tiene nada de saludable un individuo bien adaptado a una sociedad profundamente enferma”. Hoy más que nunca, el cuidado y la promoción de la salud y el bienestar, ha de tomarse como un asunto de vital importancia y de responsabilidad compartida.